sábado, 26 de diciembre de 2009

La prueba

No te diré que debes tocar las estrellas,
pero siéntete obligada.
No te enseñaré las ecuaciones,
pero busca la fórmula.

No te daré pintura,
pero pinta mi figura.
No te mostraré el camino,
pero llega al destino.

Tampoco sabrás lo que quiero decir,
pero si sabes lo que guardo en mi sentir
tendrás el manual para ser feliz.



David Guajardo

...

Imagen insistente

Cuando el sol se oscurece,
y la flor se vuelve inerte.
Cuando al día soy ingrato,
y prefiero acompañarme de la muerte,

me refugio en tu presencia,
y en tu recuerdo me ilumino,
y para mí el día es grato
haciendo fértil mi camino.

Pero mi enlutada alma me corroe
recordándome qué es pasado,
que el bello ocaso se volvió oscuro,
y que a mi destino he abandonado.


David Guajardo


...

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Un día sin ella

Se adueña de mi pensamiento
la imagen revoltosa
de su silueta en movimiento.

O sus ojos de perla,
que me han hipnotizado
solamente al verla.

O su cintura portentosa,
bella y angosta, que en mí
genera la pasión tormentosa.

Es que un día sin ella es castigo,
un día sin ella es delirio,
un día sin ella es mi martirio.


David Guajardo


...


-

Hasta el final

Leyenda marcada en mi pecho,
debido al suspiro eterno
que expele al amar.

Locura desesperada,
que tomando el arma afilada
me tiene tras su andar.

Camino moribundo
luego de recorrer su mundo
y mi vacío llenar.


David Guajardo


...

martes, 15 de diciembre de 2009

La condena

Por mi locura me castigas,
por mi delirio me torturas,
por mi pecado me encierras
porque me quieres más puro.

Pero castígame en tu locura,
tortúrame en tu delirio,
enciérrame en tu pecado,
y lo puro para los niños.


David Guajardo


...

Una carta...

Te escribo esto para expresar un poco de mis sentimientos, también para agradecerte por todo lo que me has dado. Te quiero contar que desde un tiempo a la fecha creo que he vivido la etapa más feliz de mi vida, a tu lado. Me haces sentir muy bien y muy afortunado por estar contigo. Estoy muy dichoso por compartir mis días junto a ti.

También quiero decirte que se me hace muy difícil no tenerte cerca por un momento, ya que mi mente navega en recuerdo e imágenes tuyas que hacen que tú seas parte de mi vida diaria. Aunque no estemos al lado, te siento cerca, a toda hora.

Me encanta naufragar en tu brazos; navegar por tu cintura; alimentarme de tu besos; perderme en tus ojos; encandilarme con tu sonrisa; recorrer tu piel, palmo a palmo, beso a beso. No necesito nada más que a ti, sólo a ti.

Debo decirte, entre otras cosas, que te amo de manera superlativa, es un sentimiento que no puedo controlar, va más allá de lo normal, y me tiene atado a ti, y más me aferro a esto, a este sentimiento que me hace sentir tan bien que no puedo ignorar el hecho que dependo de ti, eres el pilar que evita mi derrumbe y, más allá de eso: eres los cimientos de mi estructura, endeble si tú no estás, delicada frente a la brisa mañanera, desplomándose entre sollozos. ¿Cómo no? si mi sentido eres tú, mi columna vertebral, mi todo.

Esto es irrevocable, soy adicto a ti. Eres el vicio más placentero que me ha tocado probar, el vicio que anuló mi libertad, esa libertad vacía por la que muchos luchan, esa libertad que no tiene valor si tú no estás a mi lado. Pero soy libre, libre de elegir mi camino. Ya lo hice, y mi camino es junto a ti.


David Guajardo


...

domingo, 13 de diciembre de 2009

Una mirada

Rubí, marchita uno a uno
los pétalos de la coraza,
que creyendo ser inmune
lo enfrentó insensata.

Perlas, provocan la tempetad en verano;
generan el mar en el desierto;
despiertan al niño en el hombre
cuando él cae en el vacío incierto,

que siendo así, profundo,
puramente bello, lo sumerge
en la cólera, esclavizado
por aquello, simple rubí, simples perlas.

Concentracíon de hermosura,
que generan los dos diamantes,
siendo constelación preciosa,
llevan al horizonte infinito de su arte.


David Guajardo


...

sábado, 12 de diciembre de 2009

Si tan sólo supieras.

Si tan sólo supieras
lo que para mí significas,
si pudiera expresártelo
en estas palabras,
estas palabras vagas
en el real significado de mi sentir,
palabras mediocres, insignificantes.
¿Cómo te lo podría decir?
Decirte por ejemplo:
te necesito, te quiero,
eres el fuego de mi hoguera,
el árbol de mis hojas,
complemento perfecto.
Sin ti no hay sentido,
no hay rumbo.
¿Qué harían las plantas
sin el agua?
Se secarían bajo
los implacables rayos del sol,
sin resistencia caerían
marchitas sobre la tierra,
yacerían, condenadas
al no tener su sustento.
¿Qué haría yo sin ti?
Sin esa belleza
que ilumina mi perspectiva
sin esa alegría
que genera el tenerte a mi lado,
sin la calidez de tu presencia,
sin tu particularidad resaltante
sin tus besos adictivos,
¿qué haría? No lo sé.
No me atrevo ni a pensarlo.
Ahora sólo pienso
en tenerte, quererte,
estar contigo,
renegar la posibilidad de separación,
sólo tenerte, sólo quererte,
eso es lo que quiero,
y me dejes hacerlo,
que me dejes sentirme
privilegiado frente a los demás,
que tu presencia ilumine mi andar,
que de tu corazón
me regales un lugar.
Sólo déjame hacerlo…
déjame hacerlo.


David Guajardo


...